Por encima de Ath Madrid y Valencia

Es posible que desde la grada se vea a un equipo correr, luchar, intentar ganar el partido hasta el último minuto, sin desfallecer en el intento por mucho que se desperdicien ocasiones… y que parezca que es normal, porque el partido hay que ganarlo como sea.

Mucha gente se da cuenta de lo primero, pero lo que no observan o quieren obviar, guiados por el amor a sus colores, es que el rival también juega, que planifica su estrategia para que equipos como el Sevilla FC en este caso no puedan doblegar sus líneas.

Y eso es lo que verdaderamente tiene mérito en el fútbol. Lo primero es fundamental, pero el aspecto táctico para romper los esquemas defensivos, creadores y de remate del equipo rival es vital.

Quien conjugue mejor de los dos equipos en liza ambas facetas es quien gana el partido.

Por eso, la victoria de ayer del Sevilla FC contra el Valencia tiene más mérito. La de ayer y la de tres días antes contra el Ath. de Madrid en esa batalla campal que plantearon los madrileños.

Tanto un equipo como el otro cayeron ante un Sevilla FC que sabe a lo que juega, que no se descompone sabiendo que su situación en el campo es perfecta y que eso, junto a los huevos (las cosas por su nombre) y la clase que les sobran a todos y cada uno de los nuestros es un cóctel mortal de necesidad que, más tarde o más temprano, tiene que dar sus frutos.

Dos partidos en tres días contra dos gallitos de la competición y ninguno han sabido siquiera jugar de tú a tú al Sevilla FC. Ambas escuadras han sido atropelladas por unos jugadores de clase A dirigidos por un entrenador que no desmerece en absoluto y que está llevando deportivamente al club a cotas jamás alcanzadas.

Y fallando penaltis. Y los delanteros que no marcan. Y el entrenador que antes era muy serio y no sabía motivar a sus hombres ahora es muy simpático y se lleva con los jugadores divinamente y por eso rinden estos en el campo. Y el presidente bocazas resulta que ahora tiene razón en todo lo que dijo al principio de Liga. Y ahora no se escucha hablar de Sergio Ramos ni de Julio Baptista ni de la madre que parió a Panete. Y Palop ha dejado de ser un portero viejo que venía de vuelta y que estaba sólo motivado por el dinero. Y Kanouté ya no es un fichaje caro y ahora resulta que sí que está cumpliendo con las expectativas. Y Dragutinovic ya no es una adquisición rápida porque era lo único que había disponible en tan poco espacio de tiempo para tapar bocas. Y Escudé ha pasado a ser el mejor fichaje que podía haber hecho el Sevilla FC en Enero y nadie se acuerda de ese medio centro que PEDÍAMOS TODOS. Y bla, bla, bla, bla…

Equipazo, con todas las letras. Pero equipazo esta semana, y la pasada, y la de más atrás. No por ganar estos dos partidos anteriores y estar a escasos tres días de jugar un histórico partido en el Ramón Sánchez Pizjuán de cuartos de final de la Copa de la UEFA vamos a sacar la cabeza más que cuando perdimos con el Alavés o empatamos con el Mallorca.

Cada partido es un mundo. En cada uno de ellos intervienen gran cantidad de factores que pueden decantar el resultado de un lado o de otro, y no siempre se gana.

Pero lo que sí es siempre y a todas horas es la grandeza del sentimiento sevillista.

Ese no conoce la derrota nunca. Al revés, los gana, como el día del Ath de Bilbao o en el mismo día de ayer contra el Valencia, porque si ha este equipo campeón que es el Sevilla FC se le llegan a agarrotar las piernas, ahí está el sentimiento sevillista en las gradas con esas manos sanadoras en forma de palmas y ese empujón a los jugadores en forma de cánticos que dan alas a los nuestros y desorientan de sus funciones a los contrarios cual cantos de sirenas.

La semana continúa; esto no para, ni que lo haga.

El próximo jueves, a las 21:00, nueva cita en La Fábrica de Sueños. Y cita, esta vez si, con la historia. Sevilla FC – Zenit de San Petersburgo. Cuartos de Final de la UEFA Cup.

Ese es el que importa ahora, el que nos ocupa y nos preocupa. Y si el próximo rival liguero del Sevilla FC no tiene nada mejor que hacer entre semana, que se concentre y muy mucho, que falta le va a hacer.

Nosotros como siempre, pasito a pasito, que este año llevamos ya andado lo nuestro…