Las Botas de Siete Leguas

Mañana se juega la final de la Copa del Rey entre el Real Zaragoza y el RCD Espanyol de Barcelona.

Si, yo también pienso lo mismo; que ninguno de los dos equipos tiene hoy por hoy el potencial del Sevilla FC y sin embargo ahí están, en la final.

Normalmente, en la Copa del Rey hay que contar con un poco de fortuna en los emparejamientos para llegar donde han llegado estos dos equipos, aunque este año la excepción confirma la regla en la figura del Real Zaragoza, el cual ha dejado en la cuneta a equipos como el FC Barcelona y posteriormente al Real Madrid CF, por lo que para mí no es que sea el favorito para ganar esta edición, sino que se la merece por derecho propio.

Me vuelvo a acordar de mi equipo, el Sevilla Fútbol Club, y de su eliminación a manos de un Cádiz CF que se va a Segunda División en la Liga. Una auténtica pena viendo, como vimos después, que nuestro equipo es inmensamente superior al cadista, y me remito al 0-4 que le endosamos en el partido de Liga disputado en el Carranza.

Pero volviendo a la Copa del Rey; me da rabia ver los equipos que no ya que hayan ganado la copa, sino los que han jugado las finales. Ninguno en los últimos años ha sido un equipo de enjundia, de pegada histórica.

Ninguno.

Es más, la han llegado a jugar equipos de los llamados “ascensores”, de esos que pasan de Primera División a Segunda en un abrir y cerrar de ojos. Para prueba, un botón; el equipo que la ganó el año pasado, jugando contra equipos de Segunda División B a los que pasaba en la tanda de penalti, jugando sólo con un equipo de Primera División cuando ya estaba en semifinales y volviendo a pasar de nuevo en la tanda de penaltis, para que en la mismísima final no llegara siquiera a ganar a su oponente en los noventa minutos de juego reglamentarios a los que se llegó con empate a uno en el marcador.

¿Eso es un campeón de Copa del Rey?


Y sin embargo, el Sevilla Fútbol Club tan sólo a llegado a disputar una semifinal hace dos años contra el Real Madrid CF en el famoso partido en el que Jorge Valdano tuvo que correr al vestuario del colegiado en el descanso del encuentro porque veía que su equipo corría grave riesgo de quedar apeado de la competición. El resultado de la “visita” a la caseta se pudo comprobar en los segundos cuarenta y cinco minutos.

Pero bueno es lo que bien acaba, o mejor dicho, lo que está por acabar.

Porque el Sevilla FC, tras los varapalos sufridos en años anteriores, ha decidido ponerse las Botas de Siete Leguas que le ha robado al gato del destino y se ha plantado de nuevo en otra semifinal, pero está vez internacional, de las buenas, de las que gustan de verdad y dan renombre a un club a nivel mundial.

El próximo Jueves 20 de Abril mi equipo del alma juega el primer partido de Semifinal de la UEFA CUP en Gelsenkirchen a las 20:30 horas de la zona española de la Península Ibérica.

Casi ná.

Ahora es cuando me acuerdo de la Final de Copa del Rey de mañana y me da la risa. La risa floja de tan sólo pensar qué habría pasado si el Sevilla FC hubiese continuado en la competición del KO a nivel nacional. ¿Hubiese tenido fuerzas para llegar en UEFA CUP donde ha llegado y para mantenerse en Liga donde está aupado en estos momentos? Mejor no pensarlo y disfrutar de estos instantes pensando que la eliminatoria perdida en Cádiz fue lo mejor que nos pudo pasar para mantener vivo el sueño de poder hacer algo GRANDE de una vez por todas.

Y escribo GRANDE con mayúsculas porque la competición lo merece.

No es ningún título local. Es un título INTERNACIONAL.

Pasito a pasito, pero sin quitarnos ya las Botas de Siete Leguas…